miércoles, 1 de agosto de 2012

PC: Presos en encuentros políticos

http://www.clarin.com/politica/Presos-encuentros-politicos_0_747525286.html

Posición Creada (PC): Y hablo desde mi propia experiencia de ir a hacer funciones de teatro a diversas unidades penitenciarias (tanto Nacionales como Provinciales). En una de esas experiencias, una docente de una Unidad de Sierra Chica nos dijo: "A mi no me interesa saber qué hicieron o por qué están acá mis alumnos. Ya fueron juzgados por la Justicia, yo no soy quien para volver a juzgarlos". En la misma línea, pienso que no se puede "juzgar" ni dejarse influenciar por qué cargos haya sido condenado cada preso. Si la política del Sistema Penitenciario apunta a la reinserción y, dentro de esa política se encuentra la de ofrecer salidas ocacionales, donde un Juez (y no un político) decide, avala y habilita dicha salida, pues entonces no hay nada que criticar. O, en todo caso, la crítica será al Poder Judicial y no al Ejecutivo. No confundamos. He dicho.

Nuevo espacio: Posición Creada (PC)

Basta para mi, basta para todos! A partir de ahora, inauguro un nuevo espacio: Posición Creada (PC). No tomar partido ni ocupar posiciones pre-fabricadas sobre temas, noticias y cuestiones que nos incumban, sino CREAR una posición propia, a partir de la afectación personal, sincera y única que cada uno pueda tener... en este caso, yo!

lunes, 19 de marzo de 2012

Verdad-era


Tu personaje-verdad despertó mi aplauso,
Tu persona-ficción adormeció mi sonrisa.
Compartir desvelos, desvelando soledades,
Deviniendo alba con la embriaguez desnuda.

Tiempos y espacios con olor a ocre vencido
Abren paredes que se animan y sostienen.
Lombrices ruidosas que arrastran tu dudas,
Mientras arden edificios de verdades duras.

Cuando tu miedo color gris angustia
Comenzó a ceder tras arduos intentos,
El foco de tu incendio casi extinto
Devino en un mañana sabor secreto.

Yo gané nada, sin contar afectos en fuga
Vos no perdiste, si el darse cuenta vale oro.
Quizás ambos seamos ganadores vencidos
De un juego que solo en el olvido se sostiene. 

miércoles, 14 de marzo de 2012

Niña


Niña grande, niña tierna
Colmas el espacio con tu luz.
Como la luna llena de día,
Tus ojos irradian más que el sol.

Niña adulta, niña juego
Respuestas fuera de norma.
Recreos compartidos a distancia,
Improvisando lo ya conocido.

Niña gigante, niña maga
Embrujas  y eclipsas mis sentidos.
En cuentos que no cuentan finales,
Con escenas sin bordes obligados.

Niña aniñada, niña mimada
Ni tan dada, ni muy ida
Que los pasos que diste
Son la mano que ahora escribe.

Niña-sonrisa, niña-valor,
Niña-durmiente, bella canción…


domingo, 26 de febrero de 2012

Mituyovos



Si mis ojos no se cansan aún de verte,
si mi yo ya no se aturde de tu vos,
si mis ganas no se agotan al tenerte,
si mis ansias no descansan tras un no.


Si tu gracia no se vence tras mis peros,
si tu risa no decrece ante un quizás,
si tus besos no se extinguen por te quieros,
si tu abrazo no se escapa por mis miedos.


Si mis yoes y tus voces
no se funden en reposos
Si tu yo y mi vos también
no confunden, son celosos
Yo soy tu-yo, vos sos mi-voz
La fusión es un nosotros.

lunes, 6 de febrero de 2012

Colectivo inconciente



Luego de una ardua, intensa y por sobre todo calurosa jornada de trabajo, lo único que uno desea es tener un inmediato regreso a su hogar (o a donde sea que uno se dirija).


Debajo de una garita, o al borde de un cordón, nadie espera nada de un colectivo más que su presencia para, una vez arriba del mismo, desear que llegue lo más rápido posible a su destino (y con solo pensar que sucumben tantos deseos al unísono, todos al mismo tiempo deseando llegar a lugares diferentes… uffff). Nada más. Al colectivo (o en su defecto, a su portador, conductor y por poco monarca: chofer) no se le pide nada más.


De ahí la sorpresa al subir... Claro, las mejores sorpresas no son las de mayor despliegue técnico/económico/humano, no. Las mejores son las que menos se esperan. De eso se trata una sorpresa. Casi que se podría establecer un baremo a partir del cual medir la relación entre las siguientes variables: a mayor cara de sorpresa (“wooooow!!” para los más onomatopéyicos), mejor (más efectiva, más lograda… en fin: mejor) es la sorpresa.


Volviendo a la temática colectiva (y no porque incumba a muchos, aunque también), al no esperar más que la presencia de dicho transporte (lo cual, en muchos casos hasta eso mismo resulta sorpresivo), cualquier elemento distintivo de lo cotidiano, generará reacciones inimaginadas… Y aquí comienza la experiencia propiamente dicha: luego de una rutina casi al borde de la coreografía –ver el colectivo de lejos, confirmar que es el que uno esperaa medida que se acerca; una vez confirmado, extender brazo derecho, siempre con dedos índice y mayor lo más estirados posible; subir los tres escalones en un tempo ni tan tan ni muy … un momento: aunque aletargado por el sofocante Febo introyectado a lo largo del día (o justamente, gracias a dicho astro) algo se percibe distinto en el interior del extenso vehículo. Los nervios sensitivos intentan despertar a la primer línea de neuronas (ya en estado de hibernación hace horas) para comunicarles que algo distinto está sucediendo: dentro del colectivo… hace frío! Y no a causa de algún estrafalario subtipo de psicosis climática, sino por algo mucho más sencillo aunque difícil de descifrar para el mundo simbólico todo, si el encuadre es “dentro de un colectivo”, y que se resume en dos palabras, comúnmente conjugadas en verano: aire acondicionado.


Nunca nadie tuvo mayores ganas de subirse, que digo subirse… quedarse, reposar, descansar, disfrutar e incluso vivir en un colectivo. Tal fue el cambio climático, desde el momento en que se extendió el brazo derecho - siempre con dedos índice y mayor lo más estirados posible – hasta el solicitar con exagerada amabilidad el costo del boleto al –ahora- elegante y servicial chofer, una especie de jet-lag climático, que recién lo logré reconocer cuando vi a otros (misma coreografía, idénticas modificaciones) atravesar el mismo e inesperado ritual.


Y yo, ya sentado, casi recostado, del lado de la ventanilla, disfrutando como pocas veces el estar volviendo a casa… Y el gerundio no es inocente: a partir de aquel maravilloso y gélido instante en que subí al colectivo, ya no se trataba de llegar a ningún lado, sino de permanecer, como fuera y por el mayor tiempo posible, dentro de ese frozen-trip. Al punto de destilar algo muy semejante al odio cada vez que las puertas del averno se abrían, ya porque algunos bajaran, que otros tantos subiesen, y otra vez la realidad, la sofocante y calurosa realidad, recordándome casi con prisa, que el paraíso tenía fecha –o lugar- de vencimiento…


“Parada”, quiso gritar - aunque silencioso acaso no queriendo ser él el responsable de decretar el final del presente viaje- mi dedo índice derecho al presionar el timbre.





lunes, 3 de octubre de 2011

Estoicismo / Estoy-sismo


Estoy sentado, más no con intenciones de descansar.

Estoy bebiendo; aún así no deseo apagar sed alguna.

Estoy abrumado, pero con la certeza de que la bruma es un dulce obstáculo sin el cual el exceso de claridad agotaría cualquier intención de búsqueda.

Estoy confundido, con-fundido, fundido-con, con-fundido-con… con quien?

Conmigo.


Y será “por” o “gracias a” tal confusión que, haciendo un registro más minucioso de mi estar, me doy cuenta que no estoy sentado, sino que estoy-silla; no estoy bebiendo, estoy-bebida; no estoy abrumado, sino que estoy-bruma… Como una suerte de ser-en-acción, los límites ser-objetos-estado, se combinan en uno solo, dando lugar a novedosos estares. Y este compendio de estar-silla-bebida-bruma, no hace más que generarme más confusión. Qué hacer con ella? Cómo escapar y al mismo tiempo descansar de/en ella? Por suerte son sólo preguntas estéticas. No tengo ninguna intención de encontrar respuestas. Entonces? Escribo. Pienso, razono y digo con mis dedos, apoyados intuitivamente en teclas monocordes desde su sonido, aunque exageradamente diferentes en cuanto a su producción. Cuando no se encuentra salida, se la deja de buscar. Voy en dirección opuesta. Con la certera duda de que nunca es lo que parece que es, sigo. Hacia donde? No sé. No importa Sigo. Y a medida que las ideas se tornan palabras, voy desarrollando un juego desprolijo, injusto, sin reglas, conmigo mismo. Es que, sin saber hacia donde ir, sigo yendo. Y me río de ello. Lo disfruto. Ya casi lo entiendo. Volví para corregir: hice trampa. Me hice trampa. Nunca para atrás. Esa podría ser una primer regla. Pero… otra trampa! Por qué se necesita de reglas para jugar? Si al fin y al cabo estoy jugando solo. A quien le quiero ganar? A mi. Y si me gano a mí mismo… quien perdería? Yo. No hay caso, otra vez me topo con un callejón sin salida. Pero, si de topo se trata, bien podría burlarme de los callejones, de los sin salida y escapar por debajo. Un momento… Es que hay un debajo? Debajo de que? De la razón, de la maldita, inevitable y cobarde razón. De nuevo hice trampa. De nuevo volví. Por cuestiones estéticas. Que se entienda. Q-U-E S-E E-N-T-I-E-N-D-A. Sé claro, se comprensible. Ser comprendido. Por quien? Para qué? Y este juego cada vez menos divertido que desafiante va liberándose de estructuras. De formas, colores, imposiciones, deberes, comprensiones, otros; de lo que pretenden los otros. Qué pretenden ustedes de mí? Multiplicación dramática Cocasarliana. Respiro. Hondo. Tomo conciencia de ello por primera vez en horas. Me rasco la oreja. Estoy registrando mi cuerpo. Vuelvo a mí. Me amigo conmigo, juego conmigo. Sonrío. Pasó el temblor...